SER FUNCIONARIO: PROS Y CONTRAS

 

Seguro que alguna vez os habéis planteado o conocéis a alguien que querría trabajar en la Administración Pública. ¿Quién no ha escuchado que los funcionarios viven muy bien? Y en cierta manera, podría decirse que ser funcionario es una buena oportunidad laboral, dependiendo de las expectativas que se tengan.

Cada vez hay más gente que tiene como objetivo laboral poder entrar en la administración pública, ya sea como interino o como funcionario de carrera. Estar prestando servicio a la función pública no solo te aporta una estabilidad económica y laboral, sino que, sobre todo, tiene unos horarios que te facilitan conciliar tu vida laboral con la vida familiar.

PERO,  ¿QUÉ ES SER FUNCIONARIO?

Básicamente es trabajar para la administración pública. Siendo más concretos, el funcionario es un tipo de empleado público, cuyo objetivo es servir a la Administración Pública y cumplir con los intereses generales de los ciudadanos.

Hay 4 tipos de empleados públicos: 

•  Funcionarios de carrera
•  Funcionarios interinos 
•  Personal laboral
•  Personal eventual

La peculiaridad del funcionario de carrera es la relación de carácter estatutaria que mantiene con la Administración. Y esto qué quiere decir? Que de todos los tipos de empleados públicos que hay, éste en concreto tendrá un salario y unas condiciones de trabajo que se regirán única y exclusivamente por ley:  Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, conocida como EBEP. 

Esta singularidad tiene una doble vertiente:

• Aspectos negativos: al estar regulado todo por ley, es más complicado negociar las condiciones de trabajo o los aumentos salariales, dado que para ello debería de darse una reforma legislativa. Además, como el principal objetivo que se persigue con los servicios de un funcionario es el interés general, los salarios no son tan competitivos como podrían serlo en el ámbito privado. 
• Aspectos positivos: El hecho de que toda la relación con la Administración esté regulada mediante ley da seguridad jurídica y estabilidad al funcionario. Por lo que el funcionario goza de una serie de licencias que facilitan la conciliación familiar y laboral, aspecto que no es tan habitual en el sector privado. 

¿CÓMO SE PUEDE ACCEDER?

Para poder ocupar una plaza en la administración hay que pasar un sistema de selección, que podrá ser de diferentes tipos:

1. OPOSICIÓN: consiste es superar una o varias pruebas, para poder acreditar una capacidad teórica y práctica. Según la puntuación de las diferentes pruebas, se establecerá un orden, y si hay convocadas 5 plazas, accederán los 5 primeros de la lista

2. CONCURSO: básicamente es la valoración, la comprobación y calificación de los méritos de los aspirantes, aquí no hay la necesidad de realizar ningún examen, solo se valoran los méritos, y de ahí sale una lista de los candidatos y como en el caso anterior los que obtengan mayor puntuación serán los que obtendrán la plaza.

En este método hay que tener en cuenta dos cosas:

• Se valorará el mérito tanto del sector público como del sector privado

• Tiene que haber una vinculación y una acreditación de dicho mérito. Es decir, debe estar vinculado al puesto a realizar y debemos de aportar documentación que acredite que tenemos dicho mérito.

3. CONCURSO – OPOSICIÓN: como su nombre indica, aquí se combinan los dos sistemas, hay una parte de la nota que ira en función al merito y otra parte de la puntuación ira vinculada a unas pruebas teórico/practicas. Aunque cabe destacar que el mayor peso de la nota ira vinculado a la oposición.

El método que tendrá cada plaza se establecerá en las bases de la convocatoria, ahí podrás saber que tipo de acceso deberás superar para ganar la plaza.

En conclusión, prestar servicios a la función pública es una muy buena opción si tus expectativas son encontrar una estabilidad y una buena conciliación de tu vida personal laboral. No obstante, para acceder a ella se deben de pasar una serie de procesos selectivos que en el sector privado no se dan.